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¿Qué es la sana doctrina y por qué la iglesia no puede ignorarla?

  • Foto del escritor: Oswaldo Pacheco
    Oswaldo Pacheco
  • 19 dic
  • 3 Min. de lectura

En una época donde muchos cristianos afirman que “la doctrina divide” o que “lo importante es amar, no enseñar”, la Biblia presenta una visión completamente distinta. Lejos de ser un estorbo para la fe, la sana doctrina es un elemento esencial para la vida de la iglesia, la salud espiritual del creyente y la fidelidad al evangelio de Jesucristo.


En el Instituto Bíblico Casa del Alfarero, creemos que la sana doctrina no es opcional, sino indispensable para formar discípulos firmes, bíblicos y maduros.


¿Qué es la sana doctrina según la Biblia?


La expresión “sana doctrina” aparece de manera explícita en el Nuevo Testamento, especialmente en las cartas pastorales. El apóstol Pablo exhorta a Tito diciendo:

“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1)

La palabra “sana” implica algo saludable, correcto y que da vida. La sana doctrina es, por tanto, la enseñanza fiel a la Palabra de Dios, que refleja correctamente quién es Dios, quién es el ser humano, qué es el pecado, cómo opera la salvación y cómo debe vivir el creyente.


Sana doctrina no es opinión personal, ni tradición cultural, ni experiencias subjetivas; es enseñanza bíblica sólida, centrada en Cristo y alineada con todo el consejo de Dios.


La sana doctrina protege a la iglesia del error


Una de las razones principales por las que la iglesia no puede ignorar la sana doctrina es porque el error doctrinal siempre produce daño espiritual. Pablo advierte:

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina…” (2 Timoteo 4:3)

Cuando la iglesia abandona la enseñanza bíblica, abre la puerta a falsos evangelios, distorsiones del carácter de Dios y prácticas contrarias a la Escritura. La sana doctrina actúa como un muro de protección, guardando a la iglesia de enseñanzas que suenan espirituales, pero carecen de verdad.


La sana doctrina forma creyentes maduros


La doctrina no es solo información teológica; es formación espiritual profunda. Pablo enseña que la verdad bíblica produce crecimiento:

“Para que ya no seamos niños fluctuantes…” (Efesios 4:14)

Un creyente sin doctrina es fácilmente influenciado por modas espirituales, falsas promesas y mensajes emocionales sin fundamento bíblico. En cambio, una iglesia bien enseñada desarrolla discernimiento, estabilidad y madurez cristiana.


En el Instituto Bíblico Casa del Alfarero, entendemos que no hay crecimiento espiritual sin instrucción bíblica seria.


La sana doctrina produce una vida transformada


Contrario a lo que muchos piensan, la sana doctrina no enfría el corazón, sino que lo dirige correctamente. Tito 2 muestra que la enseñanza sana impacta directamente la conducta: carácter, familia, trabajo y testimonio.


La verdad bíblica no solo informa la mente; transforma la vida. Cuando la doctrina es correcta, la adoración es bíblica, la ética es clara y la misión es fiel al evangelio.


Ignorar la doctrina es ignorar a Cristo


Jesús mismo afirmó que sus verdaderos discípulos permanecen en su palabra (Juan 8:31). Separar a Cristo de la doctrina es crear un “Jesús” a la medida humana, no el Cristo revelado en las Escrituras.


La iglesia no puede decir que ama a Cristo si desprecia su enseñanza. Conocer a Cristo implica conocer su verdad.


La sana doctrina y la formación bíblica


La iglesia necesita volver a una formación bíblica seria, pastoral y fiel. La sana doctrina no es solo para pastores o teólogos; es para todo creyente que desea honrar a Dios con su vida.


En el Instituto Bíblico Casa del Alfarero, formamos hombres y mujeres comprometidos con la Palabra, capacitados para discernir, enseñar y vivir la verdad bíblica con fidelidad y humildad.


Conclusión

La sana doctrina es vital para la iglesia porque protege, edifica y transforma. Ignorarla es debilitar la fe; abrazarla es honrar a Dios.Una iglesia saludable es una iglesia que ama la verdad, enseña la verdad y vive la verdad.

 
 
 

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